El ama a todos los niños de toda, lengua, raza y nación.
Para los niños, no hay fronteras, rencores, egoísmos, posiciones, orgullo, ellos RECIBEN A JESÚS CON TODA SU ALMA, CON TODO SU CORAZÓN, con UNA FE PURA y conviven con amor y humildad.
Por eso Dios nos lo pone como ejemplo, él ama sus VIDAS, ama su sencillez, ¡La pureza de su corazón!
“Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,
3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos” Mateo 18:2-4