lunes, 27 de enero de 2014

¡MI GLORIA ES REAL! ¡VOY A MOSTRÁRTELA! TESTIMONIO DE LA JOVEN ANGÉLICA ZAMBRANO


¡Hija, voy a mostrarte mi gloria! y comenzamos a ascender al Reino de los cielos! Pronto llegamos a una puerta con gigantes letras escritas en oro, decía: "Bienvenido al Reino de los cielos." Jesús dijo, "Hija, entra, porque ¡YO SOY LA PUERTA! y el que entra a través de mí, entrará, irá y encontrará pastos. "(Juan 10:9 )

Después que el Señor dijo estas palabras, abrió la puerta y entramos. Vi a ángeles dando ¡Gloria, honor y alabanza a nuestro PADRE CELESTIAL! (Apocalipsis 7:11-12)

 a medida que continuábamos caminando, nos acercamos a una mesa, pude ver el  principio, pero no pude ver el final. (Apocalipsis 19:9) Observé un gran trono y un pequeño trono, rodeado por miles de sillas. Entre las sillas había una vestidura cruzada y también había una corona.
El Señor me dijo, "hija, la corona que ves ahí es la corona de la vida" (Apocalipsis 2:10 )
Jesús dijo, "Mira, hija, esto es lo que tengo preparado para mi pueblo". Vi que la mesa estaba cubierta con un mantel blanco, con filos de oro, pude observar como habían frutas, también pude observar como estaba todo servido. Había platos, copas de oro muy hermosas, había una vasija muy grande, la cual estaba en medio de la mesa,  ella contenía el vino para la cena. 
Y Jesús dijo : “¡hija, todo está preparado  para que mi iglesia venga!”

...Nos fuimos a otro lugar, donde pude observar muchas personas en un jardín. En este jardín, Había gente conocida de la Biblia, pero no eran ancianos, eran jóvenes. 

Había un hombre joven con un gran pañuelo en su mano que bailó y girando alrededor, ¡Alabó al Señor! Jesús dijo: "hija ese joven que ves ahí es mi siervo David" 
Estaba dando gloria a nuestro Padre. De repente, otro joven pasa  y Jesús me dice: "hija, es Josué; ese es Moisés; Este joven es Abraham" Jesús me decía sus nombres. Todos tenían el mismo semblante! Jesús dijo, "hija, esa mujer que ves ahí es mi sierva María Magdalena; ella mi sierva, Sara"  
Pero luego me dijo: 

"Hija, ella es María. María, quien dio a luz a Jesucristo, quién soy yo"

 Hija, quiero decirte que María, no tiene ningún conocimiento de las cosas que suceden en la tierra. Quiero decirte que debes ir y decirle a la humanidad, que no adoren un ídolo, que el infierno es real, y que los idólatras no heredarán mi reino, pero ve y diles que si se arrepienten, pueden entrar mi morada celestial. 
¡Ve y diles que ni María, ni San Gregorio ni cualquier otro Santo puede ofrecer la salvación. ¡Soy el único que salva y fuera de mí – nadie, nadie, nadie ! 
Él repitió tres veces - que nadie podía salvar; Sólo  Él salva.
La humanidad ha sido engañada creyendo en un santo asumidoque no espero es un demonio, trabajando a través de un ídolo hecho por la mano del hombre
Pero, déjame decirte que el Señor quiere darte lo mejor

Quieres entrar en el Reino de los cielos; ¡¡¡debes arrepentirte y dejar la idolatría!!! Porque la idolatría no te salvará. ¡¡¡Jesucristo de Nazaret es el que salva!!!, que dio su vida por ti, para mí y para toda la humanidad. 


El señor tiene un gran mensaje para la humanidad. Cuando lloraba, me dijo: "por favor, hija, no  calles; Ve y dile la verdad, ve y dile lo que te he mostrado. " Vi cómo María adoró al señor. 
Y vi a las mujeres con cabello largo muy hermoso. Dije, "Señor, qué bonita la forma en que usan el pelo." Él me dijo, "hija, lo que ves es el velo que le he dado a una mujer.", Agregó " Hija, ve y dile a las mujeres a cuidar el velo que les he dado."
Entonces él me dijo,  "tengo  que mostrarte algo muy importante" y de pronto miro al frente de lo que estoy observando veo una luz brillante, y yo le pregunto "Señor, ¿qué es eso? ¡Quiero ir allí!" Él respondió: "hija, te mostraré lo que está allá. Lo que tú ves son las moradas celestiales, las mansiones celestiales, las que están preparadas para mi pueblo"
En ese instante comenzamos a caminar,  nos alejamos de donde estaban aquellas personas que alababan al Señor  y llegamos a un puente de oro, al final de el estaban las  calles eran de oro puro (Revelaciones 21:21 )
Todo era tan hermoso, tan brillante, como brillante cristal, era absolutamente sobrenatural, inexplicable! Empezamos a caminar, y nos acercamos a las mansiones celestiales 
y cuando empiezo a mirar a los ángeles, como habían millones de ángeles que  construían. Unos construían muy rápido, otros lentamente y otros no estaban construyendo en absoluto. Mi  pregunta fue Señor, yo quiero que tu me digas algo, el me dijo: Que quieres que yo te diga, "¿por qué algunos Ángeles construyen rápidamente, porque que otros construyen menos y porque otros han dejado de construir?" En breves palabras el Señor me respondió: "hija, porque mi pueblo así trabaja en la tierra, y los ángeles trabajan como trabajan mis hijos en la tierra" 
y yo le dije. Señor no entiendo y el me dijo:...¡Hija, es que mi pueblo ya no está  evangelizando! ¡Mi pueblo ya no está ayunando! ¡Mi pueblo ya no está hiendo a las calles a repartir tratados! diciendo la verdad. Mi pueblo ahora se  avergüenza. ¡Ve y dile a mi pueblo que se vuelva a las sendas antiguas! Y esos ángeles que no hacen nada pertenecen a aquellas personas que se han alejado de mis caminos...Y el Señor me dijo: Hija, ve y dile a mi pueblo que se vuelvan a las sendas antiguas" (Jeremías 6:16) y empezó a llorar, y le dije Señor ¿por qué lloras?
Empece a escuchar a la vez un cantico que decía ¡Aaaaaleluya! era un coro de “Aaaa…” y luego seguía “…leluya”  en ese instante le dije: Señor yo quiero que tu me lleves hasta allá, donde están cantando esas personas y Él me observo, podía ver cómo me observaba,  pero no pude ver su cara, porque sólo podía ver el movimiento de su cara cuando Él me observaba y sus lágrimas que caían sobre sus vestiduras, que caían, y yo le preguntaba porque lloraba pero no me explicaba, y llegamos a un jardín hermoso. Allí, entre las mansiones celestiales,  y vi unas  flores que se movían y eran ellas las que estaban cantando y El señor con su dedo me señaló y dijo: 
"Hija, ellas me alaban, ellas me adoran y mi pueblo ya no lo hacen como  antes lo hacían. Mi pueblo  ya no me alaba, ya no me  adora; ¡Ya no Me busca como antes! 
Por eso, hija, ve y dile a mi pueblo que  me a busque, porque yo voy por un pueblo que me busque en espíritu y en verdad, YO VENGO POR UN PUEBLO PREPARADO POR UN PUEBLO SANTO! 
"Y llorando me dijo:" YO VOY, YO VOY! 
Y ahora entiendo por qué el Señor lloraba, porque el Señor no viene por las personas que están a medias, tibias. Sino por un pueblo que le este buscando en espíritu y en verdad.
 Luego el Señor me dijo que tenía que regresar a la tierra, y yo le dije, "¡Señor, no quiero volver a la tierra!" ¡Quiero quedarme contigo! ¡Me trajeron aquí y no voy a ninguna parte porque estoy contigo!" (¡Porque delante de Él todo lo demás es eclipsado por su maravilloso AMOR!)
¡Delante de su presencia hay plenitud de VIDA!

Él me dijo, "¡Hija, es necesario que vuelvas a la tierra para que testifiques que , que lo que  has visto es real  ¡para que la humanidad vega a mí  y se arrepientan!" 

En este instante yo llorando, caí a sus pies; y empecé a ver unas heridas en sus pies y le pregunté, «Señor, ¿Qué son estas heridas que tienes aquí?» Él respondió: "hija, es la cicatriz de ese día de ayer, cuando le di mi vida por la humanidad"

De pronto me levante y me mostró en su mano las cicatrices en sus manos, y cuando vi su cicatriz en su mano, le pregunté, «Señor, ¿por qué tienes todavía eso?» Él me dijo:

"Hija, es la cicatriz que me ha quedado"
Entonces le dije: Señor dime algo ¿esto se te va a borrar? Él me respondió: "Hija, esto se me borrará cuando todos los Santos estén aquí reunidos...Hija, tengo que  llevarte a la tierra: porque tu familia y las Naciones esperan " 
y yo le dije ¡Señor, yo no tengo familia!

Y él me señalo con  el dedo  para abajo y dijo: "Mira, esas personas que ves allí son tu familia; ese cuerpo que ves allí, es donde tienes que volver...Es hora de dejar este lugar"
Entonces él me llevó por un río hermoso  y cristalino y dijo:"HIJA ENTRA EN EL RIÓ Y SUMÉRGETE"
...y antes de entrar en ese rió cristalino de agua viva, estaba contenta era un gozo inefable, pero luego que me sumergí en el agua al salir ¡yo me sentí más feliz! de lo que me estaba sintiendo  yo pensaba que no tendría que volver a casa, pero el Señor me dijo, "hija, tienes que volver a la tierra..."
(Fragmento de la primera experiencia que tuvo la joven Angelica Zambrano con el  Señor Jesús)
¡Dios les bendiga ricamente!